Desfile en Managua tras la muerte de Pierre Grosjean. |
El “deber moral” y “la responsabilidad solemne” orientaron a sistematizar el hostigamiento y el sabotaje para destruir los programas sociales sandinistas sembrando el terror en el campo: destrucción de los puestos de salud, asesinar a los médicos y alfabetizadores, atacar las cooperativas. A la par de la táctica de “Guerra de Baja Intensidad”, los Estados Unidos buscaron legitimar un “gobierno provisional” estableciendo una “zona liberada”: por ello, columnas de centenares de combatientes pasaron la frontera desde Honduras y lanzaron varias operaciones de gran envergadura como la ofensiva en la zona de Jalapa.
En este contexto, Pierre Grosjean trabajaba en Nicaragua. Era médico especializado en las problemáticas humanitaria y epidemiológicas en los países en vía de desarrollo. Había presentado su tesis de doctorado en enero de 1982 sobre “las condiciones generales de salud en las favelas de Rio de Janeiro”. En agosto de 1982, el doctor Pierre Grosjean llego a Nicaragua en el marco de un convenio de cooperación entre el Hospital Claude Bernard de Paris, el Comité de cooperación científica y técnico Francia-Nicaragua y ambos gobiernos.
Estaba encargado de cursos en la Universidad de León y llevaba una investigación sobre la prevención de la tuberculosis y la “lepra de montaña” (leishmaniosis). Su trabajo de campo lo llevo hasta Rancho grande, un pueblo del departamento de Matagalpa cerca de Waslala, donde casos de leishmaniosis habían sido detectados.
Entonces, se pensaba que la zona de Rancho grande no era muy peligrosa. En la mañana del 26 de marzo, el grupo de médicos fue despertado bruscamente en medio de explosiones y disparos. Todos se tiraron al suelo. Desde varias semanas, la Contra buscaba constituir una “zona liberada”; el ataque de Rancho grande movilizó a decenas de combatientes. Pierre nunca se levanto.
El pueblo contó 4 otros muertos y 17 heridos. Siguiendo esta táctica, la Contra mato entre enero y julio de 1983 cerca de 600 personas en Nicaragua.
La esposa de Pierre, Rosangelina, en un texto denunciando la responsabilidad directa de los Estados Unidos, afirmo que “los franceses viviendo y trabajando en Nicaragua están resuelto a seguir a la par del pueblo nicaragüense el trabajo empezado, como lo hizo Pierre Grosjean hasta el final”.
Pierre Grosjean, Nicaragua, 1983. |
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