Alejandro Murguia es autor de novelas y poeta. En The medicine of memory, relata los sucesos en el barrio latino Mission de San Francisco durante el movimiento de Solidaridad con Nicaragua en los años 1970. Fue fundador del Mission Cultural Center y de Roque Dalton Cultural Brigade entre mil y unas cosas. Activista de la causa sandinista en los años 1970, llego hasta compartir los mas bello y lo mas crudo con el pueblo nicaragüense cuando se trato de derrocar al regimen genocida de Somoza.
En su libro Southern Front, escrito entre 1979 y 1986, entre Peñas Blancas y San Francisco, nos habla de lo cotidiano de un pueblo que se lanzo hasta el cielo, un pueblo que lucho por la ternura, sin tregua.
Mi primer contacto con los líderes del Frente Sur ocurrió en octubre de
1978 cuando volvía de una conferencia internacional de solidaridad con el
pueblo de Nicaragua sostenida en ciudad de Panamá. Fue a través del contacto de
Casimiro Sotelo, entonces miembro de “los doce”, que inicie una serie de
proyectos con “Mauricio”, quien centralizaba toda la ayuda internacional
llegando en San José de Costa Rica. Fue durante esta estadía mientras en la
casa de Ernesto Castillo muy darte en la noche, dos ojerosos y cansados comandantes aparecieron para dar una
conferencia de prensa para periodistas extranjeros. Esta noche grave una de las
primeras entrevistas dadas a la prensa internacional por Daniel Ortega Saavedra
y Víctor Tirado López, que acababan justo de volver del frente sur después de
la insurrección de Septiembre.
Durante el periodo
entre octubre de 1978 y junio de 1979, dedique todo mi tiempo para organizar
comités de solidaridad en los Estados Unidos en apoyo al pueblo nicaragüense,
también editando la revista, Gaceta
sandinista. En junio de 1979, junto con “Armando” y “Danilo”, me fui a
Costa-Rica para juntarme a la ofensiva final.
Cuando apenas
integramos el Frente Sur, nuestra tarea consisto en descargar de aviones de
suministro que volaban en pequeñas pistas de aterrizaje de Costa-Rica y cuidar
reservas de municiones en casas de seguridad. Después, en Nicaragua, ayude en
entrenar un pelotón de tiradores, la mayoría de ellos, pocos días antes habían sido típicos,
centroamericanos medios, que daban un paseo a lo largo de una plaza o la
planificaban como encontrarse con amigos por la tarde. Los hombres y mujeres
del frente Sur no eran soldados de oficio pero era una profesión que tenían que
estudiar de la noche a la mañana. A principios de julio de 1979, los
Somocistas lanzaron su anhelada
contraofensiva apuntada al desalojamiento del FSLN y sus combatientes de la
zona fronteriza. Debido al importante saldo de
víctima, allí no había bastantes combatientes experimentados en el frente,
entonces fui colocado responsable de una escuadra de nicaragüenses casi adolescentes
y no muchos más viejos internacionalistas del Estado Mayor del frente Sur en
Peñas Blancas. No me jacto cuando digo que cada miembro de mi escuadra salió
vivo. Esto es simplemente una constatación. Demasiada gente buena murió en El
Ostional, El Naranjo, Peñas Blancas y Sapoa para que los sobrevivientes se
jacten de su suerte.
Las
historias de este libro se desarrollan durante el periodo de la Ofensiva Final;
Se sitúan en la zona liberada que se extiende desde Peñas Blancas hasta Sapoa
incluyendo Boca de Sapoa y el pueblo cercano de Cárdenas, la cual fue tomada,
perdida, tomada de nuevo – una area de unos 6 Km de largo sobre 3 Km de ancho.
La mayoría de las novelas fueron escritas en los días que siguieron el 19 de
julio aunque debido al tiempo, distancias y circunstancias, solo “33”, “heavy
weather” y “squad leader” sobrevivieron en su forma.
Tantas
cosas ocurrieron en el Frente Surque obviamente no todo puede ser mencionado en
esta pequeña recopilación. Dejo que los otros participantes cuenten sus
historias. Finalmente, es importante recalcar que estas historias son basadas
en hechos reales, las acciones y los personajes son ficcionales.
Estas, en
definitiva, son historias de un chicano internacionalista quien lucho codo a
codo junto a los nicaragüenses en el Frente Sur Benjamín Zeledón.

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