El repliegue de los muchachos
hacia Apante.
Mario Mairena M escribe en “La insurrección de los muchachos”.
Monumento de la insurreccion de los muchachos (foto : L. Sanchis, Matagalpa, 1989) |
Salvador Amador Lanzas
“Él trabajaba acá, en una de las fincas nuestras. Su papa se la había dado para que se dedicara exclusivamente a eso. (…) Se daba completamente a todos sus empleados, les daba clase en la tarde. Antes, aquí en Nicaragua, el horario de los trabajadores era de 6 a 12 y de 2 a 4; pero él implanto que fuera una sola jornada hasta el mediodía para que así los empleados pudieran tener más tiempo libre y les pudiera dar clases en la tarde”.
Muerte de Salvador Amador
lanzas
En las memorias de la lucha sandinista, compilado por la Comandante Verónica
Baltodano, aparece el testimonio de José González quien relata las
circunstancias de la muerte de Salvador Amador Lanzas :
“Cuando la insurrección de agosto de 1978,
que se llamó la “insurrección de los muchachos”, ésta fue en realidad un
desborde de presión popular que terminó siendo una sublevación, porque nosotros
no teníamos orientaciones de lanzarnos.
Estaba a cargo del Regional Faustino Ruiz “El Cuje”, el compañero
Crescencio Rosales Cabrera, quien había llegado de la montaña y tenía algunos
padecimientos médicos. A veces en reuniones cuando pasábamos varios días de
desvelo por el trabajo, le daban como cuadros de epilepsia. Seguro el desvelo,
el cansancio, la mala alimentación.
Era un compañero de unas cualidades increíbles y una
firmeza revolucionaria. Estuvimos en contacto con él.
Después de la insurrección de agosto del 78, hay un
operativo en el cual participan dos compañeros destacados de Matagalpa,
Sócrates Baldizón y José Adrián Castillo, conocido como “Cuchumbeco”. Ellos
hacen una operación en un jeep Toyota PJ-40 color rojo, similar al que usaba Salvador Amador, quien movía usualmente
a Crescencio. El operativo era súper simple, era recuperar un mimeógrafo del
Colegio Monseñor Carrillo, para las tareas de propaganda. Los compañeros
incluso anuncian que el operativo es del Frente Sandinista; la Guardia recibe
la denuncia y comienzan a buscar un jeep Toyota rojo. Y se le pegan al de
Salvador que, en ese momento, se movía ajeno a todo lo que pasaba. Como ellos
se dan cuenta que los van siguiendo, todavía Crescencio puede desprenderse de
unos papeles que andaba, y luego logra hacer unos disparos. A Salvador lo
capturan y asesinan dándolo como muerto en combate. (Cayeron el 2 de noviembre
de 1978).
Sandino y Carlos Fonseca en la UPE La Pintada. (foto : L. Sanchis, La pintada, 1989) |
Pero también es verdad que a Crescencio lo tenían
penetrado, porque después del triunfo de la Revolución, tuve acceso a los
archivos de la OSN y de la Sección del Servicio Anticomunista (SAC) y pude ver
que una de las personas donde llegaba Crescencio, tenía carnet del SAC. Además,
había una serie de informes de nosotros, que sólo podían ser elaborados por
alguien que estaba dentro. A Crescencio, ellos no lo querían quebrar sino
seguir, porque a ellos no les interesaba un cuadro por aquí o por allá, sino
las redadas y los quiebres de los principales cuadros.”
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