samedi 1 novembre 2014

Recordar a Ambrosio Mogorrón.

En octubre pasado, me llego un comentario de Douglas. Me mando estas lineas en recuerdo al enfermero español Ambrosio Mogorrón, caido en San José de Bocay, 24 de mayo de 1986.


Conocí a Ambrosio en el Barrio San Judas de Managua, en la casa de un cura obrero francés Jean Louis Genoud. Cuando llegaba era una maravilla ver a un hombre de lentes gruesos, escaso cabello y voz grave hablar del trabajo que realizaba “en la montaña”.

En algunas ocasiones don Nardo Fornos, peluquero, agricultor y sandinista a toda prueba, le decía que era necesario que tomará medidas de precaución y se auxiliara con tropas del ejército. Ambrosio siempre contestaba que si daba la apariencia de estar vinculado con las fuerzas armadas, el campesinado dudaría de su trabajo y perdería la confianza. 

Su muerte fue noticia de primera plana y ocho columnas en el Diario Barricada, organo oficial del FSLN. Casualmente el día de la publicación me fui a cortar el pelo y encontré a Nardo quién también era el distribuidor de Barricada, Con los ojos llorosos al preguntarle únicamente me extendió el periódico, No eran necesarios los comentarios. Fue la única vez en mi vida que un barbero me corta el pelo sin pronunciar palabra alguna. Al final estabamos tan serios que Nardo me dijo “ya nos parecemos a Ambrosio”.


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Retrato de Ambrosio publicado en el folleto
"Benjamin Linder, arribo cargado de sueños".

Carta a Ambrosio Mogorrón, a 23 años de su caída

Cartas de los Lectores | 22 mayo de 2009

Por José María Recover
El sábado 24 de Mayo de 1986 dos vehículos se encuentran en el camino que entra a Los Cedros en el término de San José Bocay, dialogan unos momentos y reanudan su marcha. En el vehículo que entra a la comunidad de los Cedros van compañeros que son reconocidos líderes populares de la comarca, todos ellos infatigables luchadores del avance y el bienestar para sus comunidades.
Entre ellos va Ambrosio Mogorrón, el enfermero vasco de Bocay y que se encontraba en esa jornada en plena campaña de vacunación para los más pequeños.
En ese trascurso de entrar y salir el vehículo de los Cedros, la muerte estaba sembrada, la barbarie estaba servida. Una mina antitanque fue colocada en un charco del camino, senda segura por la que el vehículo estaría obligado a pasar de vuelta. La ocasión era circunstancial y única, nunca tantos dirigentes y activistas comunitarios habían estado tan juntos y pensarían que había que aprovecharlo. Ocurrió lo que la “contra” buscaba, apagar sus vidas, acabar en un solo acto con estos compañeros y lo que ellos significaban, el tesón, el coraje, la lucha, la organización, las cooperativas, la sencillez, la humildad, en una palabra cercenar la belleza.
Carta a Ambrosio:
Querido amigo, la última vez que te vi allá en mi casa en San Judas, me quedé preocupado. Me contabas que la situación estaba muy fregada, las incursiones de la “contra” eran muy fuertes y muy difícil realizar tu trabajo de salud, que muchas veces os quedabais incomunicados. Tú me decías… ya ves no puedo ni salir de Bocay para visitar a los campesinos que por sus dolencias no pueden llegar hasta aquí. Mientras te ponías tu pijama de cuadros grises se dejaban ver tus heridas en las canillas de las piernas, ¿no será lesmania? ¡No! me decías, ¡estas heridas por allá son normales!, y con tus ojos grandes, hundidos y mirándome fijamente me decías… yo tengo medicamentos o recursos a la mano, es la pobre gente quien no los tiene y ni siquiera puede bajar a buscarlos ahora por los ataques de la “contra”.
Mañana me voy para Bocay… ¡pero si llegaste ayer, yo le respondía!... si pero aquí ya he hecho lo que tenía que hacer y allí me necesitan… Te marchaste temprano, sigiloso, sin hacer ruido para no molestar a nadie, como siempre y fue la última vez que te volví a ver.
Ambrosio, ahora soy yo quien te viene a ver.
Mucha agua ha caído y muchas cosas han cambiado desde entonces, Managua sigue siendo la ciudad ajetreada y de locos que a vos te parecía, ahora tiene más vehículos y algunas carreteras de circunvalación que intentan descongestionar el tráfico. El tejido humano es el mismo, la gente madruga, sale a trabajar, tiene sueños y esperanzas y sale todos los días en busca de conseguir lo mejor para él y los suyos, claro que habiendo estado varios gobiernos neo-liberales en el poder han diezmado con sus políticas los beneficios sociales de los más débiles, de los sectores siempre más necesitados.
Pero te cuento mejor el camino a Bocay.
El camino a Bocay en bus, como tu contabas es largo y se hace pesado, ahora lo están arreglando, claro que como había llovido está la zona de “la pegaera” en la que con una mezcla de mucha paciencia y destreza por parte del conductor evitará que nos fuésemos “al guindo”.
Me dio mucha alegría ver en el camino como los niños y jóvenes se dirigían a las escuelas y los institutos. El bus por un momento se llenó de ellos, invadieron gratamente aquel espacio reducido con su alegría característica, todo ello aderezado con ese grato olor a talco y cabellos húmedos de cuerpos recién aseados, me recordó la etapa de la alfabetización y como vos decías… es que un pueblo que se forma jamás volverá a ser esclavo.
Llegamos al río y pasamos “la gusaera”, el agua hasta el eje de las ruedas. ¿Te acuerdas cuando me contabas?... cuando está crecido no se puede pasar y hay que esperar o hacer malabares para cruzarlo.
Después de 7 horas llegamos a San José de Bocay, estaba nervioso, yo quería verte y mi corazón palpitaba fuerte ante la duda de si te podría encontrar. Seguro que ahora no lo reconocerías y te sorprenderías, la comunidad es más grande y con mucha actividad económica. En el camino preguntamos por el centro de salud y rápido nos indicaron. Ya no es aquella casita de tablas rajadas con la banca de madera en la puerta donde vos dispensabas las pocas medicinas de las que disponían, ¡Ambrosio sentate y escucháme con atención!
El centro de Salud es ahora GRANDE con letras en mayúsculas, tiene varios edificios, casa materna, algunas especialidades y un laboratorio que hace exámenes patológicos y cultivos, pero lo más grande e importante, tiene en él personas como vos que se esfuerzan todos los días por dar lo mejor de sí, con humildad, con sencillez, tiene doctores y doctoras y está ahí en el laboratorio Josefa Morales “Chepita”, tu gran amiga y compañera de trabajo de la que tantas veces nos hablaste con cariño, con ella en el laboratorio está ahora también Alba Azucena, todos ellos como vos lo harías, sin desfallecer, apenas sin descansar, dejando el descanso para luego o para cuando se pueda, en circunstancias adversas y difíciles de las que vos conoces y algunos conocemos.
Ambrosio si pudieras verlo se sentirías orgulloso, te hemos buscado, hemos venido a verte y al fin lo hemos conseguido, estás ahí en tu centro de salud, no porque estés en la placa que lleva tu nombre, si no porque estás impregnado en la gente y con la gente como a vos te gustaba, hermano y amigo no en vano tienes la medalla al merito al trabajo José Benito Escobar, sobre todo tienes la medalla del pueblo de Bocay que te quiere y te recuerda, siempre te recordaremos. Amigo ahora en este centro y como vos lo soñabas, descansa en paz.
Tu amigo que no te olvida
José María Recover

1 commentaire:

  1. Quisiera aportar una segunda carta realizada a Ambrosio. A los 24 años de su caida.

    Ambrosio, seguimos en la tarea

    22 mayo de 2010

    Carta a Ambrosio Mogorrón a 24 años de su caída
    ¡Hola Ambrosio!
    Hace ya un año que te escribí mi última carta, en ella relataba cómo a pesar de tu ausencia, en las gentes de Bocay estabas siempre presente y como el esfuerzo de quienes disteis hasta la vida sigue siendo semilla que germina sin descanso en avance y desarrollo.
    Digo disteis en plural porque además de tantos tengo que comunicarte que el 26 de diciembre del pasado año 2009, dejó de estar con nosotros también María Luisa Atienza –¿te acuerdas?– enfermera como vos, que trabajaba en el centro de salud del barrio San Judas y que cuando venías a mi casa visitabas para platicar con ella, aprovechando que bajabas de Bocay.
    Sí mi amigo, ella como vos os entregasteis a los enfermos, a los dolientes al pueblo en general, pero especialmente a los carentes de salud. Por eso en este nuevo aniversario de tu ausencia es nuestro deber el honraros, recordaros, trasmitiros y contaros que seguimos en la tarea, que son muchos los logros que se van consiguiendo a pesar de las dificultades que aparecen en el camino.
    Ambrosio: te cuento que son muchos los avances y muy significativos los que se van consiguiendo en el sector salud. Sirva como ejemplo el mencionarte la campaña "Todos con Voz", donde se está realizando un estudio sobre la discapacidad, los médicos cubanos y nicaragüenses que conforman la brigada han visitado varios departamentos y acaban de estar en San José de Bocay, donde han permanecido una semana.
    Como puedes imaginarte, en Bocay la Leishmaniasis o lepra de montaña se sigue combatiendo, y este año, como apoyo a las acciones preventivas que lleva el SILAI, se van a confeccionar en el propio Bocay 2,000 de mosquiteras para que el personal de salud se las facilite a los pobladores que viven en las zonas de riesgo. Ya se están comprando en Managua las máquinas de coser, el hilo y todo lo necesario. Once mil yardas de tela se convertirán en mosquiteras y en próximos días llegarán los rollos de tela para poderlas confeccionar en el propio Bocay por el colectivo de costura.
    Nadie olvida allá en Bocay tu gran lucha y esfuerzo para combatir tan terrible enfermedad. Cómo ves el pueblo se esfuerza y se organiza para seguir adelante y seguir con la tarea.
    Hace unos cuantos años la solidaridad del estado español te proporcionaban el dinero para conseguir el Glucantime y algunos otros medicamentos que luego vos llevabas a Bocay, hoy nuevamente y como muestra de esa solidaridad con el pueblo y el proceso Nicaragüense, ponen de nuevo sus gentes humildes y trabajadoras desde el estado español, sus aportaciones en este proyecto.
    Es un esfuerzo de grupo, de conjunto, de colectivo, de organización, como vos siempre quisiste e impulsaste, porque la revolución es eso, solidaridad, trabajo en conjunto, aunar esfuerzos y en definitiva socializar para poder consolidar y avanzar.
    Ambrosio, María Luisa, os tenemos presentes, nos ilumina vuestro tesón vuestra humildad, vuestro compromiso para con los más pobres, para con la revolución.
    Seguimos en la tarea.
    José María Recover Sanz
    22 de Mayo 2010
    http://www.radiolaprimerisima.com/blogs/377
    http://elpais.com/diario/1986/05/27/internacional/517528810_850215.html
    http://blogsdelagente.com/los-brigadistas/tag/ambrosio-mogorron/

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