vendredi 29 mars 2013

La brigada « Augusto César Sandino » en la UPE de Babel. (2)


Escrito por Freddy Fernández, representante de la JC de Venezuela en el buro de la FMJD, fue jefe de la 3ra brigada “Augusto César Sandino”



Había tal grado de moral y de combatividad que esta u otra de nuestras consignas habría causado el mismo efecto. Durante todos nuestro periodo en Nicaragua habíamos dedicado nuestros esfuerzos a edificar una herramienta que nos permitiera realizar nuestra tarea de la manera más exitosa posible, esa herramienta era la brigada misma. Cada uno estaba consciente de la necesidad de reconocer a la colectividad como la única vía posible de arribar a nuestra meta. Pero una colectividad tal heterogenia como la nuestra no podía surgir de simples deseos, no podía partir de hechos simples y de truculentas asociaciones de intereses. Es por ello que las discusiones desarrolladas acerca de lo implicaba la palabra « solidaridad », así como de nuestras experiencias nacionales en la lucha por la paz, la democracia, los derechos de la juventud, independencia nacional, el nuevo orden económico, etc ; jugaron un destacadísimo papel en la edificación de la tercera brigada internacional de la juventud « Augusto Cesar Sandino ».

Teníamos de todo, idiomas y culturas diferentes, experiencias políticas distintas, diversas realidades nacionales, pero teníamos en común la fuerza de nuestras convicciones políticas, la fuerza de nuestra hermandad de intereses ante los desafíos mas importantes que hoy enfrentamos los jóvenes de todo el mundo y teníamos en común el fuerte deseo de representar con altura no solamente a nuestras organizaciones nacionales sino también a la Federación Mundial de la Juventud Democrática bajo cuyas banderas trabajamos.



Cuando realizábamos el acto final de la brigada, estando aun en la UPE « La Estrella », el ánimo dominante era el espíritu de satisfacción; creo que en realidad no había espacio para otro sentimiento, sin embargo me es dado de creer que no era el único que en esos instantes pensaba en que pudimos haberlo hecho mejor. No cabe duda de que no se trata simplemente de un problema de disposición; son muchos los obstáculos a vencer pero existen que debíamos haber usado para evitar algunos de los problemas que confrontamos. Por ejemplo, con solo garantizar que toda el agua de la brigada fuese hervida, habríamos logrado tal vez disminuir el número de enfermos en un 60%, con ello hubiera disminuido el número de ausencias y aumentado la producción.

Así mismo podríamos enumerar algunos detalles que sumados nos muestran como terminan siendo frenos en las tareas diarias. Pero lo más importante fue haber cumplido con todas las exigencias que de manera conjunta habíamos acordado. Así lo mostro la reunión con los jefes de las distintas delegaciones realizada pocos momentos antes del acto de clausura, la cual evaluó el trabajo de la brigada como exitoso, explicaban desde su punto de vista los elementos que contribuyeron al éxito y los problemas que confrontamos, señalando algunas correcciones necesarias y aplicables, comprometiéndonos todos a transmitir estas experiencias a las respectivas organizaciones de manera de que los futuros brigadistas puedan hacer uso de ellas.

mercredi 27 mars 2013

La brigada « Augusto César Sandino » en la UPE de Babel. (1)

Escrito por Freddy Fernández, representante de la JC de Venezuela en el buro de la FMJD, fue jefe de la 3ra brigada “Augusto César Sandino”

Freddy Fernandez, jefe de la 3ra brigada "A.C. Sandino". 


“En la sexta región, no se rinde nadie”

Frente a los edificios confortables del otrora hotel de fama poco aconsejable, un camión de carga se va llenando de distintos equipajes. Entre abrazos y promesas de cartas, de futuros viajes, de encuentros, pronunciando frases con pretensiones de levantar un espíritu difícilmente levantable, decimos adiós a los primeros de nosotros que van a partir.
Managua, nombre que entraña grandes sentimientos y esperanzas es el ámbito de esta hora difícil. No creo que alguien pueda permanecer inconmovible ante el llanto de un fornido obrero que te abraza sin poder decir una palabra, ante un grupo de compañeros que también lloran, mientras gritan consignas y cantan. Menos puedes permanecer inconmovible si, como esta vez, todos los presentes durante un periodo de 7 semanas habíamos sido casi un mismo ser. Siete semanas que bien podríamos decir encierran más experiencia que la acumulada en varios años de vida.

Solo una semana antes, también en camiones de carga, por caminos de tierra fuimos abandonando el paisaje que tantas vivencias nuevas nos había dado. Antes de partir de la UPE entre ráfagas de fusil de una combativa despedida, todos mirábamos las caras de los campesinos que habían sido tan familiares en los últimos días y en vano intento queríamos llevarnos para siempre en la memoria todos los detalles entrañables de la UPE « La estrella ». Durante el trayecto a Matagalpa iban pasando uno a uno los cafetales de nuestro esfuerzo solidario, donde durante días tratamos de dar cada uno lo mejor de si mismos.

Fue en este momento cuando recordé alguna tarde de enero en que una lluvia torrencial se desprendió sobre nosotros; estaba establecido que independientemente de las condiciones atmosféricas debíamos permanecer trabajando hasta que el capataz diese la señal de finalizar la jornada. El cielo había cambiado en muy poco tiempo así que la lluvia llego por sorpresa, nunca trabajamos en silencio, siempre alguien cantaba, gritaba o simplemente hablaba en voz alta, pero una vez comenzada la lluvia se hizo el silencio, nadie se movía, pero era evidente que todos esperaban alguna orientación, haciendo acopio de los recursos que ya habíamos creado grite una de las consignas más populares de la brigada: « en la sexta región… » Nadie contesto, eso era un elemento preocupante. Volví a gritar, esta vez con más fuerza y todos al unisonó respondieron: « No se rinde nadie »... y nadie dejo su puesto hasta culminar la jornada.

Cosecha de café - Brigada de la FMJD.

lundi 18 mars 2013

Roque Dalton y la Guatemala feliz. (4)

Homenaje a la mala memoria



En 1964, el V Congreso del Partido Comunista Salvadoreño (PCS) evocó la vía armada como lejana perspectiva, pero definió como tarea prioritaria reiniciar el trabajo de organización y de tareas políticas. Esta declaración significaba el abandono de los intentos de resistencia armada, en precedentes como los GAR o el FUAR. Tal como ocurría en el PGT guatemalteco, los cuadros herederos de la tradición soviética habían sostenido estos intentos armados con poco entusiasmo. En definitiva, prevalecía la opinón de que la participación del PC en la insurrección campesina e indígena de 1932, tanto como la figura de Farabundo Martí, llevaban los estigmas de “la enfermedad infantil del comunismo”. Respecto a la figura de Martí, Roque la había pacientemente redescubierto con el testimonio de Miguel Mármol en mayo de 1966, en Praga, ligando así la historia del PCS a la tradición insurreccional, con lo que además ponía a la luz la figura olvidada de Farabundo Martí.



En Checoslovaquia, Roque colabora en el Comité editorial de la Revista Internacional junto a un guatemalteco delegado del PGT, Fortuny, a quien había conocido en Cuba por intermedio de Manuel Galich, ex-ministro de educación del gobierno de Jacobo Arbenz. En sus memorias, Fortuny relata que Roque se interesaba mucho por la línea política del PGT, que había decidido utilizar todos los medios para enfrentar al gobierno… Y entonces aceptó la vía armada reclamada por los jóvenes del partido, creando una confrontación casi generacional en el partido.[8] En Europa, Dalton vuelve a encontrarse con dos militantes del PGT, sus amigos Otto René Castillo y Arqueles Morales, que estudian entonces en Alemania.



 Entonces, las FAR de Guatemala vivían una profunda crisis. Luis Antonio Turcios Lima intentó reactivar la lucha contra la línea de tregua impuesta por el PGT. La muerte del líder guerrillero, en octubre de 1966, empeoró la situación y el aislamiento de las FAR. En este contexto político frágil, Otto René estaba a punto de ingresar al frente guerrillero en la sierra de las Minas, dirigido por César Montes. Fortuny escribe: “El hecho es que Roque cada día hacía la pregunta de ´¿Qué hacer en El Salvador?´ Cada vez más disgustado con su partido, que entonces, evidentemente, excluía la vía armada de su estrategia política y cada día más animado por lo que se suponía eran éxitos de las guerrillas latinoamericanas”.[9]






Notas :


6 El imparcial, Guatemala, 20 de febrero de 1965: entrevista con el poeta Roque Dalton, los nuevos valores literarios de El Salvador.

7Lisandro Otero, Llover sobre mojado, editorial Planeta, México, 1998.

8 Miguel Ángel Sandoval, Los años de la resistencia, editorial Óscar de León Palacios, Ciudad de Guatemala, 1998. p 66-67.

9 Testimonio de Fortuny p. 309.


mercredi 13 mars 2013

Roque Dalton y la Guatemala feliz. (3)

Guatemala Feliz


  
En enero de 1960, Miguel Ángel Asturias regresa a Guatemala tras cinco años de exilio. Concedió una de sus primeras entrevistas a la periodista Alaide Foppa, donde aborda la literatura latinoamericana. Evocaba también la nueva generación centroamericana y su deseo de interpretar la realidad de su país. Distingue ahí a tres excelentes jóvenes poetas: Arqueles Morales en Guatemala, Roque Dalton en El Salvador y Pompeyo Ramírez en Honduras. En varias ocasiones será Roque Dalton quien hablará de Asturias y a veces lo interpelara. En febrero de 1965, El imparcial publica una entrevista de Roque Dalton, donde aborda las características de su generación literaria ligada a la realidad social de su país.[6] También contesta al periodista que le pregunta su opinión sobre la nominación de Asturias al Premio Nóbel. Dalton expresó su profundo desacuerdo con la eventualidad, arguyendo que un escritor de tal calidad no necesita tal recompensa, y tendría que demostrar el coraje de un Sartre, quien por razones políticas lo rechazó en 1964.



A pesar de todo, en 1966, Roque Dalton y Miguel Ángel Asturias aparecen juntos en una fotografía tomada en el barco Undine, de Alemania Democrática. Asturias aparece en el centro de la foto, mientras Dalton, con una boina puesta, lo escucha con aparente calma. Tal vez Asturias llegó a Europa en este año de 1966 para recibir el Premio Lenin por la Paz en Moscú. Tal premiación no suscitó los mismos comentarios reprobantes de su parte: En el contexto de la lucha, los intelectuales del continente reunidos en Cuba (Depestres, Benedetti, Fernández Retamar, etc) expresaron la necesidad de definirse políticamente, rechazando la supuesta neutralidad de la creación artística[7].



En los meses que siguieron, una polémica mucho más violenta estalló cuando Asturias aceptó el puesto de embajador de la dictadura guatemalteca en París. Arqueles Morales y Roque Dalton reaccionaron violentamente contra este compromiso. Otto René Castillo estaba entonces a punto de unirse a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) en la sierra de las Minas. La decisión del Nóbel guatemalteco había sido discutida por el mismo Asturias con los cuadros del Partido Guatemalteco de Trabajo (PGT), quienes le aconsejaron aceptar el cargo para poder dar apoyo logístico al movimiento desde el exterior: Asturias se calló ante la desaprobación de los que respetaban su obra y creían en él.

Dalton gratificó a Asturias en un poema irónico:



                  “Guatemala feliz



                    Cada país tiene

                    el premio Nóbel que merece.”



Después de este episodio, parece que los dos autores no tuvieron la oportunidad o la voluntad de reencontrarse. La página fue definitivamente volteada.


Museo de El Manzano - Chalatenango, 2007 (foto L. Sanchis)

mardi 5 mars 2013

Roque Dalton y la Guatemala Feliz (2)

Otto René, lanzas y letras
Ya se ha escrito al respecto de que Roque se refirió al papel de Otto René Castillo en el Círculo Literario Universitario (CLU), cuna de toda una generación creadora y crítica. Otto René Castillo sirvió de puente físico con los ideales de la revolución guatemalteca, logrando así abrir perspectivas literarias y conceptuales a la juventud del CLU. Al morir el dictador Castillo Armas, en 1957, Otto René volvió a Guatemala para seguir tanto en su compromiso militante, como cultural, colaborando con la revista Lanzas y letras, publicada entre 1958 y 1962 por la asociación estudiantil “El derecho”.
Lanzas y letras, muy pronto, sobrepasó los límites que sus fundadores se habían planteado. Revista concebida originalmente como órgano cultural estudiantil, sus páginas fueron de inmediato invadidas por todas las voces del presente nacional y mundial, pasando a ser una fuente viva de inquietudes, sugerencias, preguntas, esbozos de respuestas. En Lanzas y letras aparecen los primeros balbuceos de auto-reconocimiento de la cultura guatemalteca revolucionaria después de los años de absoluto oscurantismo mercenario. La labor de esta publicación fue importantísima en esta etapa y trascendió hasta los países vecinos de América central”.


Museo de El Manzano, Chalatenango, El Salvador, 2007 (Foto L. Sanchis).

En Guatemala, Otto René Castillo mantuvo relaciones con el CLU y divulgó la vitalidad de la generación comprometida. Así fue que en mayo de 1959, miembros de Lanzas y letras fueron invitados a participar a un encuentro cultural en San Salvador. Ricardo Rosales Román, quien formaba parte de la delegación, se presentó en el lugar de la cita “en la calle 5 de Noviembre, enclavada en una fresca enramada y hogar en que Dalton vive con sus hijos y su esposa, rodeado de gran cantidad de libros”. De Roque, Rosales entonces solo sabía que era el entrañable amigo de Otto René con quien había recibido, por su poema compartido el premio Francisco Gavidia de 1956. “Cuando el poeta llegó (…) creímos conocerle ya de tiempo atrás. Habló de mi Patria con sin par alegría y de la admiración que le tiene a nuestro pueblo. Ese muchacho alto y blanco, con cara de niño mimado –-de niño bien se diría más clasístamente— que teníamos enfrente, ya lo sabíamos amigo de Guatemala y de su Revolución, pero no tan dueño de una pujante voz poética que con paso firme viniérase abriendo campo entre su propia generación”.
La asociación estudiantil “El derecho” invitó a su vez a Roberto Armijo y a Roque Dalton a participar a una semana cultural en marzo de 1960. Al llegar al aeropuerto de la capital guatemalteca, los dos jóvenes poetas fueron arrestados por la policía. Armijo fue liberado, pero Dalton fue expulsado: la Secretaría de Comunicación de la Presidencia publicó un comunicado donde indicaba que “la presencia en Guatemala del señor don Roque Dalton García, se consideraba inadecuada debido a sus antecedentes políticos”. El festival cultural fue anulado y varios actos de protesta fueron organizados, mientras en Nicaragua el presidente guatemalteco, Ydígoras Fuentes, inauguraba el 24 de marzo el Segundo Congreso Centroamericano Anticomunista.

En mayo de 1960, Rafael Alberti escribía en Lanzas y letras: “La revolución cubana ha trascendido tanto que es imposible una agresión armada como la que se produjo en Guatemala. Contra Guatemala levantaron la bandera – mejor dicho, el pretexto— del anticomunismo (…) Las fuerzas que se oponen al avance de los pueblos tendrán que inventar otro, porque en nombre del anticomunismo se protege a Franco, a Trujillo, a todos los dictadores”.

vendredi 1 mars 2013

Roque Dalton y la Guatemala Feliz (1)

Roque : una ventana hacia Centroamerica.

El desarrollo de la solidaridad con Nicaragua, permitió para muchos de nosotros un acercamiento a la literatura. Por lo que se de Francia, se militaba por la causa sandinista, se recaudaban fondos para los proyectos en Nicaragua pero también se buscaba de forma desesperada todo lo que tenía que ver con el proceso revolucionario en la región: leíamos las revistas de solidaridad, los textos de Sandino, se escuchaba a los Mejía Godoy… era una verdadera escuela practica y cultural. Siempre recordare a mi amigo Milton, un refugiado salvadoreño, quién sacaba como mago, libros de sus bolsillos o de su mochila. Me decía: “Este libro, no solo léelo. Estúdialo!”

Y ahí va la lista: Galeano, Roque Dalton, Leonel Rugama, biografía de Anastasio Aquino, múltiples análisis y discursos del Farabundo o del Frente. No había diferencia: la literatura se refería a la historia social y política, los combatientes eran poetas, todo se juntaba en una sola meta: la liberación.
Roque Dalton fue un autor que me acompaño todos estos años… y hasta después pero ya es otra historia.
Como ilustración de esta relación de las luchas centroamericanas ponemos en perspectiva la relación del poeta salvadoreño Roque Dalton con el hermano país de Guatemala. Lo incluimos en el blog, ya que los brigadistas, también nos nutrimos de esta prosa y de esta lucha.
Las relaciones con Guatemala, los nexos que el poeta salvadoreño Roque Dalton tenía con el país de la “eterna primavera”, son una de las facetas menos indagadas en torno al escritor centroamericano que bregó por ámbitos ahora evocados que van desde Cuba, Checoslovaquia o Vietnam, por decir algo entre sus diferentes destinos y vivencias.

En Vietnam, por ejemplo, lo ubicaba su leyenda en una carta enviada al guatemalteco Árqueles Morales en 1973 (como también lo hizo en otra misiva al argentino Julio Cortázar…). El hoy Poeta meritísimo, con busto en la Universidad de El Salvador , fue perseguido, condenado a muerte por la dictadura oligárquica y forzado a exiliarse varias veces. De tal manera que Roque, al igual que Nazim Hikmet, a quien conoció en la ahora desaparecida Unión Soviética, se puede definir como poeta del exilio. Hablar de Roque y Guatemala, en perspectiva, no es un simple ejercicio estilístico o intelectual. Roque tuvo a Guatemala en el corazón y en la mira en etapas importantes de su vida: en los años de 1950, desde la eclosión literaria y su filiación comunista, en la década de 1960 cuando maduraban las dudas del exilio, y luego al principio de la década de 1970, cuando se perfila la oportunidad de regresar a Centroamérica por medio de un proyecto político-militar alternativo. Guatemala, con otros jóvenes emparentados a su generación, lo atraen a acercarse a su literatura y a la revolución; Este acercamiento tiene también un nombre propio: Otto René Castillo, su alter ego. «Yo llegue a la revolución por la vía de la poesía», escribió en la dedicatoria de Taberna y otros lugares a “Jorge”, otro guatemalteco, con quien recibía entrenamiento militar en Cuba, en 1968.