mardi 5 mars 2013

Roque Dalton y la Guatemala Feliz (2)

Otto René, lanzas y letras
Ya se ha escrito al respecto de que Roque se refirió al papel de Otto René Castillo en el Círculo Literario Universitario (CLU), cuna de toda una generación creadora y crítica. Otto René Castillo sirvió de puente físico con los ideales de la revolución guatemalteca, logrando así abrir perspectivas literarias y conceptuales a la juventud del CLU. Al morir el dictador Castillo Armas, en 1957, Otto René volvió a Guatemala para seguir tanto en su compromiso militante, como cultural, colaborando con la revista Lanzas y letras, publicada entre 1958 y 1962 por la asociación estudiantil “El derecho”.
Lanzas y letras, muy pronto, sobrepasó los límites que sus fundadores se habían planteado. Revista concebida originalmente como órgano cultural estudiantil, sus páginas fueron de inmediato invadidas por todas las voces del presente nacional y mundial, pasando a ser una fuente viva de inquietudes, sugerencias, preguntas, esbozos de respuestas. En Lanzas y letras aparecen los primeros balbuceos de auto-reconocimiento de la cultura guatemalteca revolucionaria después de los años de absoluto oscurantismo mercenario. La labor de esta publicación fue importantísima en esta etapa y trascendió hasta los países vecinos de América central”.


Museo de El Manzano, Chalatenango, El Salvador, 2007 (Foto L. Sanchis).

En Guatemala, Otto René Castillo mantuvo relaciones con el CLU y divulgó la vitalidad de la generación comprometida. Así fue que en mayo de 1959, miembros de Lanzas y letras fueron invitados a participar a un encuentro cultural en San Salvador. Ricardo Rosales Román, quien formaba parte de la delegación, se presentó en el lugar de la cita “en la calle 5 de Noviembre, enclavada en una fresca enramada y hogar en que Dalton vive con sus hijos y su esposa, rodeado de gran cantidad de libros”. De Roque, Rosales entonces solo sabía que era el entrañable amigo de Otto René con quien había recibido, por su poema compartido el premio Francisco Gavidia de 1956. “Cuando el poeta llegó (…) creímos conocerle ya de tiempo atrás. Habló de mi Patria con sin par alegría y de la admiración que le tiene a nuestro pueblo. Ese muchacho alto y blanco, con cara de niño mimado –-de niño bien se diría más clasístamente— que teníamos enfrente, ya lo sabíamos amigo de Guatemala y de su Revolución, pero no tan dueño de una pujante voz poética que con paso firme viniérase abriendo campo entre su propia generación”.
La asociación estudiantil “El derecho” invitó a su vez a Roberto Armijo y a Roque Dalton a participar a una semana cultural en marzo de 1960. Al llegar al aeropuerto de la capital guatemalteca, los dos jóvenes poetas fueron arrestados por la policía. Armijo fue liberado, pero Dalton fue expulsado: la Secretaría de Comunicación de la Presidencia publicó un comunicado donde indicaba que “la presencia en Guatemala del señor don Roque Dalton García, se consideraba inadecuada debido a sus antecedentes políticos”. El festival cultural fue anulado y varios actos de protesta fueron organizados, mientras en Nicaragua el presidente guatemalteco, Ydígoras Fuentes, inauguraba el 24 de marzo el Segundo Congreso Centroamericano Anticomunista.

En mayo de 1960, Rafael Alberti escribía en Lanzas y letras: “La revolución cubana ha trascendido tanto que es imposible una agresión armada como la que se produjo en Guatemala. Contra Guatemala levantaron la bandera – mejor dicho, el pretexto— del anticomunismo (…) Las fuerzas que se oponen al avance de los pueblos tendrán que inventar otro, porque en nombre del anticomunismo se protege a Franco, a Trujillo, a todos los dictadores”.

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