lundi 18 mars 2013

Roque Dalton y la Guatemala feliz. (4)

Homenaje a la mala memoria



En 1964, el V Congreso del Partido Comunista Salvadoreño (PCS) evocó la vía armada como lejana perspectiva, pero definió como tarea prioritaria reiniciar el trabajo de organización y de tareas políticas. Esta declaración significaba el abandono de los intentos de resistencia armada, en precedentes como los GAR o el FUAR. Tal como ocurría en el PGT guatemalteco, los cuadros herederos de la tradición soviética habían sostenido estos intentos armados con poco entusiasmo. En definitiva, prevalecía la opinón de que la participación del PC en la insurrección campesina e indígena de 1932, tanto como la figura de Farabundo Martí, llevaban los estigmas de “la enfermedad infantil del comunismo”. Respecto a la figura de Martí, Roque la había pacientemente redescubierto con el testimonio de Miguel Mármol en mayo de 1966, en Praga, ligando así la historia del PCS a la tradición insurreccional, con lo que además ponía a la luz la figura olvidada de Farabundo Martí.



En Checoslovaquia, Roque colabora en el Comité editorial de la Revista Internacional junto a un guatemalteco delegado del PGT, Fortuny, a quien había conocido en Cuba por intermedio de Manuel Galich, ex-ministro de educación del gobierno de Jacobo Arbenz. En sus memorias, Fortuny relata que Roque se interesaba mucho por la línea política del PGT, que había decidido utilizar todos los medios para enfrentar al gobierno… Y entonces aceptó la vía armada reclamada por los jóvenes del partido, creando una confrontación casi generacional en el partido.[8] En Europa, Dalton vuelve a encontrarse con dos militantes del PGT, sus amigos Otto René Castillo y Arqueles Morales, que estudian entonces en Alemania.



 Entonces, las FAR de Guatemala vivían una profunda crisis. Luis Antonio Turcios Lima intentó reactivar la lucha contra la línea de tregua impuesta por el PGT. La muerte del líder guerrillero, en octubre de 1966, empeoró la situación y el aislamiento de las FAR. En este contexto político frágil, Otto René estaba a punto de ingresar al frente guerrillero en la sierra de las Minas, dirigido por César Montes. Fortuny escribe: “El hecho es que Roque cada día hacía la pregunta de ´¿Qué hacer en El Salvador?´ Cada vez más disgustado con su partido, que entonces, evidentemente, excluía la vía armada de su estrategia política y cada día más animado por lo que se suponía eran éxitos de las guerrillas latinoamericanas”.[9]






Notas :


6 El imparcial, Guatemala, 20 de febrero de 1965: entrevista con el poeta Roque Dalton, los nuevos valores literarios de El Salvador.

7Lisandro Otero, Llover sobre mojado, editorial Planeta, México, 1998.

8 Miguel Ángel Sandoval, Los años de la resistencia, editorial Óscar de León Palacios, Ciudad de Guatemala, 1998. p 66-67.

9 Testimonio de Fortuny p. 309.


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