mercredi 21 mai 2014

"Alba" siempre!



En su pueblo de Gares en Euskal Herria se inauguro, una plaza en recuerdo de nuestra compañera y amiga, la medica internacionalista vasca Begoña Garcia "Alba" .






Sigue el articulo de El Pais, del 22 de setiembre de 1990.


"La entrega de Begoña García fue total"

Repatriado el cadáver de la médica española muerta en El Salvador en acción del Ejército




"Tenía una sonrisa abierta, y estaba muy comprometida con los que más la necesitaban". Con estas palabras, el médico español Peio Goyache recordó ayer en Madrid a su amiga y colega Begoña García Arandigoyen, de 24 años de edad, muerta el pasado 10 de septiembre en El Salvador en un ataque de fuerzas del Ejército contra posiciones del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Goyache recibió ayer el cadáver de Begoña García, en nombre de la familia, en el aeropuerto de Barajas, adonde llegó en un avión procedente de Guatemala. Allí estaban el ex embajador español en San Salvador Fernando Álvarez de Miranda y un representante del Ministerio de Exteriores.
Los restos de Begoña García fueron trasladados desde la capital de España, primero, a Tudela -donde era esperado por su familia-, y posteriormente, a Pamplona. En esa ciudad se realizará la autopsia del cadáver para determinar las circunstancias de la muerte, sobre las que el FMLN y las Fuerzas Armadas salvadoreñas dieron versiones divergentes.Según un comunicado del FMLN, ratificado ayer, Begoña García se hallaba en el puesto médico en el que trabajaba, situado en el departamento de Santa Ana, a 66 kilómetros de San Salvador, cuando éste fue atacado por fuerzas militares. En el asalto "capturaron herida a la compañera médico Begoña García Arandigoyen, que se encontraba en estado de embarazo, siendo posteriormente asesinada en el mismo lugar".
El Ejército salvadoreño, por su parte, señaló que el enfrentamiento con la guerrilla "se produjo a campo abierto". El embajador español en El Salvador, Francisco Cádiz Deleito, señaló que el cuerpo de la médica tenía tres impactos de bala. El Gobierno ha pedido una información completa a las autoridades salvadoreñas.
"Habrá que esperar el informe médico legal para aclarar las circunstancias del fallecimiento", afirmó en Madrid Álvarez de Miranda. "En una situación de 10 años de guerra civil como la que vive El Salvador se dan muchas situaciones dolorosas como ésta", agregó.
Un grupo de jóvenes que esperaba los restos de Begoña García cubrió el féretro con una bandera del FLMN, antes de que éstos fueran trasladados a Navarra, donde serán inhumados en la localidad de Puente la Reina. "Ella quería ir allí donde más la necesitaban. Por eso eligió la medicina y fue a Nicaragua", afirma Goyache. En ese país trabajó en 1989, y quedó muy impresionada por los heridos de guerra salvadoreflos que llegaban a Managua. "Desde entonces se volcó con ellos", cuenta Goyache, hasta que fue a trabajar a El Salvador. "Su entrega fue total", concluye.


lundi 12 mai 2014

El sombrero de Somoza en Paraguay (4 y fin)

Las ausencias del dictador

Mientras, en Asunción, el grupo de militantes argentinos encargado de dar con Somoza logro ubicar su casa, pero no visualizaba ningún tipo de actividad. Fue hasta el 22 de julio que lograron verlo en la capital. Unos pocos días después, el dictador exiliado volvió a desaparecer: una larga ausencia desde el 27 de julio hasta el 12 de agosto.

A final de julio, Somoza se encontraba de nuevo en el norte de Paraguay. Marco había reclutado a unos Menonitas, descendientes de las comunidades alemanas instaladas en Paraguay, el siglo anterior. Somoza le propuso al francés quedarse en el Chaco para trabajar con él. Una perspectiva que no le provocaba gran entusiasmo, además de que las condiciones de trabajo eran muy precarias para los hombres y el cuido de las maquinas.

Somoza con su sombrero en su estancia (julio de 1980).

Somoza volvió a Asunción a mediados de agosto. Fue justamente en este lapso que el 18 de agosto dio su última entrevista a la periodista Martha Colmenares. El libro “Somoza: expediente cerrado” señala que del 21 de agosto al 10 de setiembre, el comando argentino no logró detectarlo. Durante esta larga ausencia, temieron que Somoza hubiese dejado el país. Algunas fuentes evocan un viaje a Argentina para consultar con un médico (tras un infarto sufrido meses antes); efectivamente, el 10 de setiembre, sus vehículos son vistos en el aeropuerto mientras el dictador vuelve.

Antes del viaje a Argentina, en el cuaderno de Marco se apunta por tercera vez la visita de Somoza, esta vez acompañado de Dinorah Sampson en el campamento, el 23 de agosto. Las múltiples idas y vueltas de Somoza en la zona del Chaco, dan muestra del interés económico que planeaba desarrollar en Paraguay. Los bienes de la familia Somoza, tan mal habidos como las tierras del Chaco, eran inmensos. En Paraguay era también dueño de un hotel a la par de la mansión que tenía en Asunción. La visita de agosto fue la última vez que Marco y los trabajadores de la propiedad del Chaco vieron a Anastasio Somoza. De vuelta a la capital el 10, Somoza murió en el ataque a su vehículo, el 17 de setiembre, en la avenida España de Asunción.

Somoza : expediente cerrado de Claribel Alegria y DJ Flakoll


Cuando fueron informados del atentado, todos abandonaron la obra. Se esfumó el contrato, la maquinaria quedó en Paraguay y la empresa francesa nunca recibió pago. Tampoco hicieron publicidad sobre este contrato “particular” en Paraguay.


Marco se quedó con dos álbumes de fotografías del campamento, del personal y las maquinas martirizadas por el polvo y los aguaceros. Conserva el recuerdo anecdótico de haber compartido momentos extraños con el dictador nicaragüense, pocos días antes de su muerte, en el Chaco paraguayo. Y por eso, conserva un sombrero que Anastasio Somoza le dejó porque decía que una simple gorra no bastaba bajo estos climas… Ni en Asunción, le hubiera protegido la cabeza al tirano.

mercredi 7 mai 2014

El sombrero de Somoza en Paraguay (3)

Somoza en tierras mal habidas


Unos meses antes, Anastasio Somoza había adquirido inmensos terrenos en el Chaco, al norte de Paraguay. Marco recuerda 20.000 hectáreas, otras fuentes hablan de 8.000 a 12.000 hectáreas las obtenidas por Somoza. (Unas tierras mal habidas denunciadas por la Comisión Verdad y Justicia en 2008, como parte de las 7.851.251 hectáreas entregada de forma irregular a militares, políticos, parlamentarios, y amigos del general Alfredo Stroessner. Somoza se benefició como si fuese uno más de los campesinos “sin tierra”).

Varias fotos de la visita del dictador Somoza en el Chaco (julio de 1980).


Establecieron el campamento en medio de la vegetación. Marco encaró el trabajo inmediatamente abriendo rectángulos de 500 metros por 50 metros. Ya no se trataba de ganadería sino de formar campos para sembrar algodón. Tenían que preparar 2.000 hectáreas.
Marco apuntaba todos los días la situación mecánica de los vehículos y las cosas relevantes en lo que llego a llamar “el campo de la muerte lenta”. El 9 de julio de 1980, entre apuntes sobre los cambios de filtros de la maquinaria, apuntó la llegada del general Somoza. Venía a verificar el avance de la obra y la conformidad a sus planes. Y las cosas empezaron mal: cuando Somoza empezó a verificar la distancia de los rectángulos de tierra se puso furioso por los errores de medidas. Marco se enojó al explicarle que los 500 metros pedidos no tenían nada que ver con las 500 millas indicadas por su vehículo norteamericano. Apenas empezó a levantarse para protestar y los guardaespaldas lo bajaron del vehículo y le apuntaron.


Al final, se resolvió el problema, pero ya era seguro que en esta parte del territorio no podría contar con nadie más que él mismo. Después de la supervisión de la obra, Somoza y sus acompañantes ofrecieron a Marco un refresco a base de whisky y compartieron la tarde. Al final, el francés invito al general a dormir en su caseta y allí pasaron la noche custodiados por los guardaespaldas.

jeudi 1 mai 2014

El sombrero de Somoza en Paraguay (2)

“El francés que va a trabajar para Somoza"

Marco nació en 1933. De extracción campesina, aprendió mecánica y con la experiencia llegó a ser responsable del material empleado para la construcción de carreteras de una importante empresa francesa. Le avisaron en abril de 1980 que podría viajar a Paraguay como responsable de construcción y para encargarse de un importante contrato que acababan de obtener. Nunca había viajado por estos lugares. Tampoco hablaba español, pero acepto esta nueva misión.
Llego a Asunción el 6 de junio de 1980 y lo instalaron en el hotel Guaraní, el mejor hotel de la ciudad. ¿Quién lo instaló aquí? Pues trabajaba oficialmente para la empresa COSIDER, basada en la capital paraguaya, pero rápidamente se dio cuenta que la dirección indicada solo correspondía a un buzón. Desde Francia venían los camiones y buldóceres para deforestar unos terrenos para un proyecto de ganadería. Así le había presentado la cosa su patrón antes del viaje.

Marco mirando las fotos de las obras.

Se quedó bloqueado tres semanas en Asunción para sacar al material de la aduana. Mientras esperaba en el hotel y se desesperaba por la actitud de las autoridades administrativas que dejaron el material sin cuido. Una tarde, un hombre se presentó frente a él, en el Hotel Guaraní, y le preguntó: “¿Eres el francés que va a trabajar para Somoza?” “Pues, si”, le contestó, pero nunca se imaginó que había llegado a Paraguay a trabajar para Anastasio Somoza. (El dictador huyó de Nicaragua un año antes, justo dos días antes de la victoria sandinista del 19 de julio de 1979). El hombre hablaba francés con acento alemán y le pregunto de donde era originario: Marco le indicó las principales ciudades de su sector: Chantilly, Compiègne, Pierrefond, ciudades situadas al Norte de París. El hombre con acento alemán le dijo que conocía muy bien estos lugares: él había sido coronel de la Waffen SS durante la guerra y estuvo afincado en este sector: Compiègne, que era el punto de partida para los campos de concentración en Europa oriental. A Marco se le congeló la sangre, pero no comentó nada al respecto. Antes de ser la “tierra prometida” de Anastasio Somoza, Paraguay había recibido a numerosos criminales de guerra nazis, quienes gravitaban en el poder militar.

  : Nazismo y fascismo en el Paraguay: 
los años de la guerra 1936 – 1945

Cuando se arreglaron los problemas administrativos y se verificaron los vehículos, se reclutó a trabajadores y choferes para trasladar el material a unos 650 kilómetros al norte de la capital. Se necesitaron casi dos semanas de odisea para llegar a la Estancia “La Patria” (un tiempo suficiente para ser detenido una vez en un reten militar y liberado por un coronel de apellido Segovia, que había conocido, afortunadamente, en Asunción, unos días antes). No se había terminado el viaje: Ahora era necesario abrir una pista de 50 kilómetros rumbo al Norte, atravesando la maleza, en medio de árboles enormes. Allí estaba el famoso terreno a deforestar.

El material reunido en Asuncion a final de junio de 1980.