samedi 8 mars 2014

Una bandera sandinista entre Nicaragua y Frankfurt

Por Daniel Kersffeld, El telégrafo ecuador 21 de junio de 2013
La izquierda latinoamericana posee en su historia diversas iniciativas y campañas de apoyo que indirectamente contribuyeron también a forjar un espíritu de unidad entre sus activistas, más allá de las fronteras geográficas e, incluso, por sobre las diferencias políticas. Sin duda, una de las primeras acciones que contribuyeron a profundizar los lazos y redes entre los militantes latinoamericanos tuvo relación con la lucha encabezada por el Gral. Augusto C. Sandino frente a la invasión estadounidense a Nicaragua. Y particularmente, fue una bandera arrebatada al ejército norteamericano en plena batalla la que contribuiría a difundir a escala global la gesta heroica desarrollada en Centroamérica.

La bandera en cuestión había sido capturada por P. Sánchez, general del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional (EDSN), y entregada por el propio Sandino al venezolano Gustavo Machado, representante del Comité Manos Fuera de Nicaragua (MAFUENIC), poco antes de su retorno a México. El estandarte llevaba la siguiente inscripción redactada de puño y letra por el general rebelde: “Esta bandera fue avanzada a la 47 Cía. 11 Rgto. del cuerpo de marinos de los EE.UU. en el combate de “El Zapote” el 14 de mayo de 1928. Patria y Libertad. El Chipotón, 25-5-28.-A.C. Sandino”.   

A su regreso a México, y en el puerto de Veracruz, una verdadera multitud se agolpó para conocer  la bandera conquistada: lo mismo ocurriría algunas semanas más tarde en pleno Distrito Federal e, incluso en Guadalajara, cuando cerca de cuatro mil personas asistieron al evento expresamente organizado por el Partido Comunista de México (PCM) y por el MAFUENIC para su presentación. Los oradores que intervinieron en los distintos mítines daban cuenta de la trascendencia política del acto y de la fraternidad latinoamericana que cada vez con mayor fuerza rodeaba a estos encuentros: además de la participación de Diego Rivera y del poeta Germán List Arzubide, se contó con los discursos pronunciados, entre otros, por dirigentes exiliados como el boliviano Tristán Maroff y el peruano Jacobo Hurwitz. Con todo, la bandera alcanzaría una popularidad todavía mayor cuando el jefe del PCM, el diputado Hernán Laborde, la desplegara en pleno Palacio Legislativo: las presiones de Washington fueron esta vez enormes, exigiendo al gobierno mexicano la devolución de su insignia, e incentivando una redada contra los comunistas y el desafuero del legislador rebelde.

Así y todo, el estandarte pudo una vez más ser mantenido a resguardo. Con la causa sandinista cada vez con mayor notoriedad internacional tendría lugar un nuevo desafío,  de tipo consagratorio: la exhibición de la ya famosa bandera en el Congreso Antiimperialista mundial que iba a realizarse en la ciudad alemana de Frankfurt entre el 21 y el 30 de julio de 1929, y al que acudirían algunos de los más renombrados luchadores anticoloniales de la época. Al poeta Germán List Arzubide se le asignó la  misión de transportar la bandera hacia Alemania y, con este objetivo, envolvió su propio cuerpo en ella, manteniéndola oculta en sus ropas durante su recorrido por los Estados Unidos: únicamente fue exhibida en Nueva York durante los festejos del 4 de julio, cuando, de modo irreverente, fue colgada desde la ventana del departamento que   compartió con el escritor chileno Armando Zegrí.
Sandino (Palacagüina, 2011, foto L. Sanchis)

Una vez que arribó a Frankfurt, List Arzubide fue recibido por los organizadores del Congreso y su presentación fue programada nada menos que para la sesión principal. En el presidium se encontraban, entre otros, el escritor francés Henri Barbusse, por aquellos años, en la cima de su popularidad, junto con Nehru, el líder independentista de la India, Sem Katayama, cuadro comunista japonés con actuación previa en México, y Abdel Krim, principal referente del antiimperialismo africano. En su discurso, un Barbusse emocionado se refirió a la situación particular de Nicaragua y a la lucha desenfrenada del EDSN en contra del invasor estadounidense, destacando el papel de Sandino al eternizar su nombre como “General de Hombres Libres”. A continuación, List Arzubide fue invitado a subir al estrado, desde donde desplegó la bandera convertida a estas alturas en un símbolo del valor irredento de los combatientes nicaragüenses mientras una multitud comenzaba a entonar las estrofas de La Internacional.

Así, pese a todos los contratiempos y obstáculos, finalmente la bandera estadounidense arrebatada a sangre y fuego en Nicaragua se hacía presente en Frankfurt, posibilitando, con ello, la difusión mundial de la gesta sandinista y la obtención de infinidad de apoyos internacionales. Seguramente, esto no hubiera sido posible sin el valor y la audacia de un amplio y diverso conjunto de activistas que, en su apoyo a Sandino, supieron recrear la solidaridad como valor primario de la izquierda, y una cada vez más férrea identidad latinoamericana.




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