samedi 18 octobre 2014

La UPE Santa Josefina (2)

La derrota electoral

Con la derrota electoral del FSLN de febrero de 1990, se abrió una nueva era para los trabajadores del campo y los cooperativistas. Muchos esperaron con este voto la llegada de la Paz, tras tantos años de agresión. En realidad, los trabajadores del campo entraron en una nueva era de incertidumbre, expulsión y pobreza.

Muchas comunidades rurales fueron desarticuladas al ritmo de las recuperaciones de tierras, retrocesiones de propiedad.
Cosecha de 1990 en Santa Josefina.
Santa Josefina como otras UPEs de la Empresa de Reforma Agraria “Chale Haslam” estaba programada para ser devuelta a sus ex dueños: Don Salvador Amador Kühl y doña Marina Lanzas de Amador. La directiva de la “Chale Haslam” estableció que cuatro unidades de producción iban a ser devueltas. Iván Zelaya informo a Don Lino, entonces mandador en Santa Josefina que la comunidad figuraba en la lista junto a La estrella, Los Alpes y Las piedrecitas.
Midiendo la cosecha en santa Josefina.
El Capataz y al fondo, el Mandador, Don Lino en 1990.
El gobierno de Doña Violeta orientaba hacia la restitución de propiedades. Soplaban vientos de la contra-reforma agraria: Lo que había sido confiscado o intervenido para restablecer la justicia en el campo, desarrollar programas sociales y facilitar acceso a la tierra a los desposeídos, se esfumaba.

“Fuimos relegados por los Gobiernos neoliberales después de los 90, porque ellos le dieron prioridad a otra forma de organización económica del país; pusieron los intereses y todo su esfuerzo y trabajo, para que la economía pequeña de nuestras comunidades rurales y urbanas desapareciera, prevaleciendo el espacio para la gran empresa y para la creación y el asentamiento en nuestro país, de las grandes multinacionales, que vinieron a cercenar también, gran parte de la propiedad de la tierra que la Revolución había entregado a los campesinos y campesinas en los años 80.” (Movimiento Cooperativo Nacional. Municipio de Sébaco, Matagalpa, Palabras de Pedro Haslam, 18 de agosto del 2007.)

Contra-Reforma Agraria


En septiembre de 1990, el procurador general de justicia y presidente de la Comisión Nacional Revisión de Confiscaciones ordeno “que se proceda a la entrega de dicho inmueble a la señora Marina Lanzas de Amador, sin ninguna restricción en el uso y disfrute del bien restituido” 

El expediente estaba cerrado.


Mapa de Santa Josefina con fotos de la cosecha de 1990.
Por su parte, la Asociación de Trabajadores del Campo (ATC), por su parte, propuso a los colonos una reubicación: Se evocaron 500 mzs en el sector de San Ramón. Que tan segura podría parecer esta alternativa cuando los tiempos de contra-reforma agraria habían venido. Habría que salirse de ahí, dejar como ajeno lo que tanto había costado: Ya la UPE de 1990 no era la finca de 1986: ya contaba con casas dignas, con un SIR y sobre todo un cafetal apto a la producción tras tres años de esfuerzo para reactivar una plantación abandonada. La historia de los colonos no se limito a la ocupación del lugar sino que lo trabajaron y le dieron valor.

De esto se trataba: negar los esfuerzos de cada uno de los pobladores y quitarles derecho a los trabajadores del campo. Ahí se situaba la mayor injusticia, mas allá de una escritura, se trataba de la dignidad de cada uno.
A pesar de la orientación de la Empresa agraria Chale Haslam y de la propuesta de la ATC, muchos pensaron que era más conveniente no moverse de santa Josefina y buscar otro compromiso.
Pintas de los brigadistas resisten al tiempo en la pared de la casa hacienda.
(Santa Josefina, foto L. Sanchis, 2014)
Salvador Amador Kühl, quien reclamaba el regreso de la propiedad, entonces propuso lo siguiente a los colonos de Santa Josefina: Se comprometió en respetar las viviendas ocupadas desde la revolución y distribuir 3 ha para autoconsumo a cada uno. “Las palabras son de aire y van al aire”. Un mes más tarde, don Salvador volvió a reclamar la totalidad de la propiedad y empezó a presionar a los trabajadores.

El conflicto se perfilaba para las familias cuando el gobierno Chamorro había prometido la paz. Más de la mitad de las 23 familias optaron por la alternativa presentada por la ATC. 13 familias de colonos se fueron para San Ramón. Esta opción, por linda que pareciera parecía dudosa en un contexto de reclamos de tierras. Quien iba a garantizar tierra a un grupo de obreros agrícolas? El programa agrario de Doña Violeta se iba para el camino opuesto.

10 familias quedaron en Santa Josefina para enfrentar la amenaza de desalojo.
Resultaba evidente que había que quedar unidos y organizarse. En 1991, se decidió formar la cooperativa “Bernardino Díaz Ochoa”.

La experiencia no resulto y fracaso dos años más tarde.


En Santa Josefina, la Casa-hacienda frente a las casas de los pobladores.
(Santa Josefina, foto L. Sanchis, 2014) 

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