lundi 4 février 2013

Si se va la Brigada, quedara la Revolucion ? (3 y fin)

En el caserío, los brigadistas están reunidos con Ramón Ortega que acaba de regresar de Matagalpa. Esta noche, todos se reunirán para conocer la decisión final. Por ahora, hay que limpiar los fusiles y preparar el mono.

La reunión se organiza en la casa de abajo cerca del pozo. Todos estamos afuera mientras Ramón, David y otro muchacho preparan el mono. La decisión es difícil de entender: la brigada será trasladada en la zona de Cuapa, Chontales. Como justificar este cambio, apenas cinco meses antes de la cosecha? Leonel dice que no quiere dejar la UPE, Betancourt declara que seguirá las consignas del Frente, Santamaría, este gigante barbudo, se levanta y pregunta quien tomo la decisión de echar a la mierda a los trabajadores y desplazar a la brigada, sabe que a partir de entonces, los niños de Santa Josefina ya no tendrán profesor… Para calmar a los compañeros, el delegado de la CST afirma que personalmente se opuso a la decisión, los argumentos de Ramón Ortega no convencieron al responsable del sector estatal. Lunes por la mañana vendrán dos camiones para llevar a los compas rumbo a Chontales, la decisión es definitiva.




Brigada ENABUS : al centro : Betancourt, "el Teniente" y Santamaria "el Profe".

Realizo entonces que los que considero como mis hermanos, los que tanto me dieron, se van. Esta brigada fue constituida en marzo de 1989 con trabajadores de ENABUS para participar a la reactivación económica de la UPE. Habían dejado la capital, su familia, la seguridad de la ciudad para trabajar en una zona de guerra, encarnaron la Revolución en esta montaña apartada. Con esta decisión los brigadistas sentían en el fondo que perdían su dignidad, nunca participaran a la próxima cosecha de café...
La reunión terminada, se siente el olor a comida que sale de la cocina. Todos nos juntamos alrededor de la olla y en pocos minutos desaparece el pobre mono. Me como rápido dos pedazos de carne con arroz, me chupo los dedos para no perder nada. Ya comido, de nuevo empieza a vencerme el sueño. Pedro me deja su cama y se instala en una hamaca. Quito mis botas y me acuesto. En la oscuridad, siento una barra metálica en la espalda. Mis manos acompañan la curva del cargador de un AK. Agarro el fusil y vuelvo a pensar a estos días en la montaña. Un elemento entre cientos diseminados en el territorio de la « Nicaragua Libre » para decir « No » a los gringos, resistir, trabajar y amar a la Revolución
El dia que se fue la brigada ENABUS.

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