mercredi 8 mai 2013

Nuestra America, una pelicula de Kristina Konrad.


Tuve la oportunidad de ver la pelicula "Nuestra America". Su autora, Kristina Konrad vuelve a Nicaragua o mas bien a un pais que ya desaparecio : la Nicaragua libre.

20 años despues, vuelve a encontrar a protagonistas de precedentes documentales que rodo en la Nicaragua sandinista. La puerta de entrada a esta Nicaragua desaparecida es una simple foto : dos muchachas del Batallon de Mujeres Veronica Lacayo. A partir de esta foto nos invita a este reencuentro. El dialogo no solo opera entre Kristina Konrad y las personas que encontrara en su busqueda... Otro dialogo se desarolla a lo largo de la pelicula entre los protagonistas del actual documental confrontados a las imagenes de archivos de los años 1980... los ecos de la esperanza vuelven a despertar.
Entre los archivos aparecen varias imagenes de las brigadas suizas asi que una corta entrevista de Yvan Leyvraz, brigadista suizo que murio en una emboscada de la Contra en 1986.

Una linda pelicula. Mejor dejamos la palabra a Kristina Konrad...

„Supuestamente las revoluciones no tienen un buen porvenir. Pero allí se confunden dos cosas: el porvenir de las revoluciones en la historia y el “hacerse revolucionario” de los seres humanos. En ambos casos ni siquiera se está hablando de las mismas personas. La única oportunidad del ser humano es el “hacerse revolucionario”, sólo así se puede evitar la infamia o responder ante lo intolerable.” Gilles Deleuze, 1990.

Mujeres en la defensa de la Revolucion - Nicaragua.


Kristina Konrad, cineasta suiza presenta su pelicula.
Los dos años que pasé en Nicaragua fueron el periodo en el que viví los momentos más intensos y más controvertidos de mi vida.
Julio Cortázar la llamaba: « Nicaragua tan violentamente dulce ».
Una Revolución en medio de una encrucijada, es decir, entre el deseo por un reinicio radical y la necesidad de reconciliarse y abrirse. Una Revolución que mueve cielo y tierra, encontrándose prisionera por todo lo que faltaba y en un estado de dependencia brutal del “mundo exterior”.
Una Revolución caracterizada por la re-construcción y destrucción; por una profunda religiosidad y un espíritu rebelde, así como por el deseo de llevar las riendas del destino.
Nunca me había reído tanto como con aquella gente atormentada y marcada por guerras y la miseria. Y sin embargo, su fatalismo me enervaba a mí como europea, de la misma manera que su capacidad de improvisación me dejaba asombrada.
La suave belleza del país engaña…, volcanes vomitando lava, tierras áridas, huracanes y tempestades arrastrando casas y personas, la tierra temblando y abriéndose…año tras año confrontados a alguna catástrofe.
Y como por arte de magia esa aridez se transforma, después de la primera lluvia, en un verdor exuberante y floreciente.
Fue una relación intensa y un contacto con un país y su gente que nunca más volví a experimentar de esa forma. Ahora, mirando hacia atrás, podría afirmar que fue también mi encuentro con el “hacerse revolucionario” de los seres humanos y su esperanza de llevar una vida digna. Una esperanza que aun en las circunstancias más difíciles provocaba un sin embargo lleno de humor.
Esa Nicaragua agitada, abriéndose camino, de cambios e historias sorprendentes atraía como un imán: miles de norteamericanos y europeos, acostumbrados a una buena vida material y casi completamente desacostumbrados a soñar, renunciaron al encanto del consumo, es más, a la ducha cotidiana y “a una copiosa cena ganada con el sudor de sus frentes.”
Ellos se expusieron a peligros de muerte y, especialmente, a una vida cotidiana bien difícil, vivieron y trabajaron en Nicaragua apoyando la Revolución pero también luchando por sus propios sueños.
La Revolución nicaragüense tampoco tenía un buen porvenir. Nicaragua tiene hoy un gobierno neoliberal. El pueblo le quitó el poder a la Revolución a través de elecciones democráticas. Cabe agregar que, en el transcurso de una guerra sucia, dirigida por los Contras y financiada por NUESTRA AMERICA, los Estados Unidos, 50.000 personas perdieron la vida antes de que el pueblo se decidiera democráticamente contra los sandinistas.
También se podría hablar de la corrupción progresiva de los sandinistas, algo que llevó a que muchos líderes intelectuales les dieran la espalda. En 2001, durante la campaña electoral entre los neoliberales y los sandinistas, el cura, poeta y ex ministro de Cultura sandinista Ernesto Cardenal lo formuló así: “Por un lado, tenemos al capitalismo auténtico y por el otro, una revolución falsa. Son dos males diferentes.”
No obstante, lo que sí se perdería con esto sería la comprensión del « hacerse revolucionario », de ese momento en donde lo imposible se hace posible, donde la historia pierde sus cabales y lo utópico parece (ser) algo concreto. Es ese el momento que más me ha interesado e inspirado para realizar este proyecto.
Sentí miedo de regresar a Nicaragua, miedo de ese “nuevo” Nicaragua. Y sí que viví otro país.
A primera vista, Nicaragua se ha convertido en un país « normal » del Tercer Mundo; una normalidad que significa ante todo, miseria incipiente, desempleo y corrupción. Es decir: Una vida bajo condiciones infrahumanas, y quizás lo peor: la falta de esperanza.
Aparte de todo eso, sentí un país traumatizado por la guerra, la corrupción y las catástrofes. Un país que parece como un enclave de Estados Unidos cerrando los ojos ante su propia historia.
Quizás la película sea también un intento de darle cabida a “ese momento” de la historia.

"Nuestra America" Kristina Konrad.


Referencias de la pelicula "Nuestra America" :
weltfilm gmbh
Hufelandstr. 42
D-10407 Berlin

www.weltfilm.com

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