samedi 20 septembre 2014

Santa Josefina, tierra indigena.

La guerra de las comunidades.

Pocos estudios se preocupan por la historia de estas comunidades diseminadas en el territorio matagalpino donde fueron a parar decenas de brigadas extranjeras. Entre la Revolución y la guerra, vivíamos momentos históricos. El proyecto de remodelación de la tenencia de tierra, de la propiedad y del acceso a la tierra no era algo inédito en este lugar. Un siglo antes, los indígenas matagalpas habían vivido un cataclismo con el despojo de sus tierras. El bus me llevaba al lugar donde esperaba escuchar la continuación de esta historia vivida que tanto me había marcado.

La expansión cafetalera origino la creación del latifundio agrícola en el departamento y contribuyo al enriquecimiento de una reducida capa de productores y al despojo de la población indígena” (Dora María Téllez, p.262).(Foto L. Sanchis, 2014)

Los indígenas matagalpas vivieron una presión creciente debido a las nuevas leyes que permitían la denuncia de las tierras ejidales, la negación de sus costumbres y ritos tradicionales, la liquidación de la representación legal de las autoridades indígenas, la obligación de trabajo en infraestructuras públicas (como el telégrafo)… En marzo de 1881, se desato la rebelión en el territorio contra el gobierno central.

El 31 de marzo de 1881, unos mil indígenas cercaron Matagalpa y la atacaron, enfrentándose a la pequeña guarnición y a grupos de ladinos que se sumaron a la defensa del poblado. Los indígenas de Jucuapa participaron al levantamiento, junto a grupos de Uluse, El Horno, El Gorrión, San Pablo, San Marcos, El Zapote, El Matasano y Potrero de Yasica, armados de sus tafixtes (flecha de punta afilada).

Tras el asalto, las autoridades locales pretendieron negociar con los sublevados. Lo que permitió al gobierno nicaragüense preparar y mandar sus tropas que llegaron el 10 de agosto. (Dora María Téllez, Muera la gobierna, 1999, p.16-17). Hasta el final de 1881, se llevo a cabo la “pacificación” de la región dejando un saldo de unos 5000 muertos, lo que el historiador Ortega Acuna llego a calificar de “genocidio” (Historia general de Centroamérica, tomo 4, p. 311)

Los mapas publicados al final en “Muera la gobierna” de Dora María Téllez,  indican que el sector de Santa Josefina pertenecía a la comunidad indígena de Matagalpa. Tras el genocidio, fueron miles de manzanas las que fueron disponibles para la expansión cafetalera. Entre 1889 y 1891, en la comarca de Jucuapa arriba, 300 mzs fueron denunciadas para plantar café.

La propiedad latitudinaria se constituyo a expensas de la masiva privatización de baldíos, la ocupación privada de tierras comunales y de ejidos indígenas. (Dora María Téllez, p.301). (Foto L. Sanchis, 2014)

Eddy Khül no comparte el hecho de que el desarrollo de la caficultura fuera responsable del levantamiento indígena. (Eddy Khül, Nicaragua y su café, 2004, p. 128). En 1881, eran todavía pocas las fincas de café por Matagalpa pero ningún desarrollo hubiera sido posible sin las leyes que permitieron el despojo de las tierras indígenas. El objetivo de esta reforma gubernamental era crear disponibilidades de tierras para los hacendados en una zona donde ya se experimentaba el café desde 1870.


Mario Samper, historiador especialista de la caficultura en Centroamerica afirma que “La presión sobre la tierra comunal cuando se iniciaba el crecimiento agroexportador asociado al café se conjunto con la reimposición del trabajo forzoso para desencadenar la guerra de las comunidades en 1881”. (Samper, en Historia general de Centroamérica, tomo 4, p. 64)

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