dimanche 9 juin 2013

Los Talleres de poesía de la nueva Nicaragua.

Los talleres de poesía proliferaron en todo el país pocos días después del triunfo revolucionario. Fue una de las primeras iniciativas del recién creado Ministerio de Cultura. Extrañaba al brigadista que entre los libros escritos por comandantes hubiera entre textos teóricos y discursos, poesía. Extrañaba al brigadista apenas llegado pero no a los Nicas cuya liberación significaba que realmente los hijos de Darío y Sandino se habían reencontrado con júbilo en la plaza, un tal 19 de julio.
Ernesto Cardenal, encargado del ministerio de Cultura se inspiro de la experiencia de Solentiname; Allí, la poeta costarricense Mayra Jiménez creó un taller de poesía entre los campesinos en 1977, y empezaron a escribir una poesía muy buena que luego había sido traducida en varios idiomas.


Palacio Nacional , Managua (foto L. Sanchis - 2011)

Cardenal relata en su libro “la Revolución perdida”:
Yo pensé que con el ministerio de cultura se podía hacer lo mismo en toda Nicaragua, y muy poco después del triunfo invité a venir a Mayra Jiménez, explique que el ministerio era en un experimento que no se había hecho en ninguna parte del mundo, ni aun en otras revoluciones, y no sabía si tendríamos éxito.
En Nicaragua siempre había habido muy buena poesía, de las mejores de América latina; para mi juicio la mejor; pero siempre había sido una poesía de elite, de gente culta; los versos del pueblo habían sido siempre malos, solo a base de rimas. El pueblo de poetas que era el pueblo de Nicaragua era un pueblo de rimadores. Yo encontré que era necesario enseñar a nuestro pueblo, que era tan amante de la poesía, las técnicas de la buena poesía moderna. Sobre todo el verso libre. Y eso hicimos en los talleres”.

Mayra Jiménez participo en organizar los Talleres de Poesía por todo el territorio como programa nacional. El primer taller de poesía se fundó en Monimbo por el simbolismo que ese barrio indígena de Masaya tuvo en la Revolución… Resistencia, mascaras, bombas de contacto y poesía. El segundo se fundó por las mismas razones en Subtiava, León. El árbol de Adiact iba a florecer de nuevo.
A partir de allí, se rego en todo el territorio. A las tres semanas del triunfo ya se convocaba al primer concurso de poesía. El Premio latinoamericano de poesía “Rubén Darío” con 320 poemarios llegados de todos los países de América latina o firmados por escritores exilados, originarios de países donde existe represión.  Roberto Fernández Retamar fue premiado por su libro “Juana y otros poemas personales”.
El primer número de la Nicararauac, revista bimestral del ministerio de cultura, publico en mayo de 1980 una serie de poemas “surgidos” de los Talleres. En realidad eran poemas de combatientes caídos o de poetas como José Coronel Urtecho o Joaquín Cuadra. La revista aprovecho esta publicación para presentar los talleres en los cuales se enseñaban técnicas adecuadas y los principios más fundamentales para escribir poesía. Nicarauac presentaba”: Son talleres eminentemente populares y se han fundado en comunidades indígenas, en barrios marginados de Managua, en muchas otras localidades del país, en algunas fábricas, en el Ejército y en la Policía.
Ernesto Cardenal había emitido unas reglas para la redacción:
  • No tratar de escribir con ritmos regulares ni con rimas.
  • Preferir la palabra mas concreta a la mas vaga.
  • Incluir nombres propios  de personas o lugares.
  • Procurar las imágenes que entran por los sentidos.
  • Escribir como se habla, y no con lenguaje “literario”.
  • Evitar los lugares comunes.
  • Abreviar el leguaje lo más posible.
Un procedimiento que otros actores de la cultura nica condenaron diciendo que lo que estaban haciendo era crear “Cardenales en serie”, pero sin la dimensión cultural del poeta… - El peligro de los talleres de poesía fue que la socialización de los medios de la producción poética también representaba la implícita imposición desde arriba de una visión nacional y un estímulo explícito de la construcción de tal visión en la cual teóricamente estaría incluido todo nicaragüense-(Craven, Juan Sobalvarro)… Dejaremos la polémica entre la Chayo y Cardenal. (¡Una polémica de 30 años!)
Lo importante es el movimiento tremendo que sacudió al país. Una nueva poesía, producto de los Talleres, sin estar desvinculada de la tradición de la mejor poesía nicaragüense anterior (de la cual naturalmente procede) se perfilo: el encuentro de la expresión mas directa aun, de una poesía mas clara aun, para todo el pueblo y hecha por el mismo pueblo. Hay en todos ellos una coincidencia temática: el recuerdo de los compañeros caídos, a los Héroes y Mártires, los episodios de la lucha, las tareas cotidianas de la revolución.
En 1985, Mayra Jiménez preparo la edición de poemas procedentes de los talleres de “Poesía de las fuerzas armadas”. Hay que imaginarse que las fuerzas de seguridad del paisito contaron con 27 talleres! Se llamaban Taller de Poesía de la Fuerza Aérea Sandinista, Taller de Poesía  de la Policía Sandinista de Transito, Taller de Poesía del Batallón blindado Ulises Tapia, Taller de Poesía  del Batallón Germán Pomares, Matagalpa, Taller de Poesía  de Ocotal, Taller de Poesía  de la Seguridad de Estado… entre otros. Nombres tan comunes, nombres que expresan otro tiempo; nuestro tiempo, nuestra utopía tan terca.


Poesia publicada durante la Revolucion Sandinista.
El comandante Hugo Torres, uno de los que se tomaron el palacio, escribió el prologo del librito:
“Se ha dicho que Nicaragua es tierra de lagos y volcanes y además de guerreros y poetas, y es cierto; pero que se haya dicho que Nicaragua tiene Fuerzas Armadas que además de producir victorias militares producen poesía, creo que no se ha dicho, o se ha dicho muy poco y muy bajo: pero además, algunos no lo creen; y es que cuando alguien asocia ideas alrededor de los militares o de un ejercito cualquiera, piensa en tanques, aviones, soldados con casco, mirada fría; piensa en cárceles, represión, guerra. La historia de la humanidad y en especial la de América latina recogen muchas tristes y amargas experiencias, donde los militares han sido precisamente los causantes o más bien los ejecutores de las acciones que han dado lugar – en esos casos- a esa triste realidad”.
“A nadie se la ocurre asociar a los militares con el canto, con la pintura, con la danza, con la educación permanente de sus hombres, con el teatro, menos con la poesía. (…)Ellos están educados para ser guardianes de los intereses de los explotadores; ¿Y qué si no eso fue la GN o la EEBI en nuestro país? Con la revolución afloraron todas las manifestaciones culturales y artísticas del pueblo, entre ellas la poesía. En nuestro país los hombres de las Fuerzas Armadas son parte del pueblo, el mismo que está en el Poder, al que pertenece todo el aire, todos los ríos, todas las escuelas, todo el futuro”.
“Este es un ejército diferente, una policía diferente, estos no son hombres que asocien el valor con la brutalidad, sino con la dignidad, estos son hombres que estudian, que conocen la historia de su Patria, hombres con conciencia, hombres que luchan y mueren por el pueblo, por defender sus conquistas”,
“Buena por su armonía y buena por su contenido : de amor y desamor, de rebeldía y de lucha contra la opresión y la injusticia, esta poesía ayer perseguida, vilipendiada, atacada por ser expresión de los intereses del pueblo, hoy ha reventado y se ha esparcido por los aires; como la de ayer esta es poesía de amor y desamor, de dicha o  de tristeza, pero toda es poesía que refleja una actitud positiva ante la vida, un inmenso amor por la revolución, una profunda convicción de que por fin el presente y el futuro nos pertenecen por entero”.

Hasta hoy, los talleres siguen siendo un ejemplo único en el mundo que despertó la expresión del pueblo nicaragüense : ¿quién no ha escuchado en una reunión, en un bus, a una anciana, a un chavalito de seis años, todo este conjunto ciudadano, esta locura urbana, esta humildad campesina de noche frente al fogón, declamar unos versos?
Cuando escuchas versos, sabes que estás en Nicaragua…

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