jeudi 4 avril 2013

La brigada « Augusto César Sandino » en la UPE de Babel. (3)

Escrito por Freddy Fernández, representante de la JC de Venezuela en el buro de la FMJD, fue jefe de la 3ra brigada “Augusto César Sandino”.

El Capataz

Humberto llego con su discurso escrito y pidió la palabra en el acto de clausura. Fue el último en hablar y habría que decir que fue el orador que acaparo mayor atención. Durante el desarrollo de esta reunión algunos de los brigadistas entonaron una improvisada canción en la que aseguraban que si Humberto no hubiera estado en el programa los organizadores del acto habríamos tenido problemas.

Durante los dos años anteriores, este mismo personaje, Humberto, había sido capataz de otras dos brigadas internacionales, pero en ambas ocasiones había renunciado a los dos días de comenzado el trabajo. Este año no solo fue el capataz de la brigada “A.C. Sandino” durante más de cuarenta días, sino que además, estando enfermo y habiendo recibido la orden medica de permanecer en cama durante una semana se apareció al día siguiente con su fusil al hombro dispuesto a una nueva jornada y respondiendo a los que le recomendamos cumplir la orden medica que nadie lo obligaría a no trabajar los últimos días de la brigada.
Sin duda él logro personalizar toda una serie de sentimientos; sería difícil explicar como toda una gama de actitudes formadas en la brigada tienen que ver directamente con su papel. Desde el comienzo mismo asumió su rol de maestro ante esta labor desconocida para nosotros; el cuidado al desprender los granos de café, al inclinar las plantas altas, el valor económico de cada una de las plantas y el carácter irreparable de algunos de los problemas que podíamos causar al romper sus ramas.
Una vez Humberto se acerco a un grupo de brigadistas para observar como estaban desarrollando el trabajo, espontáneamente ellos decidieron jugarle una broma, así comenzaron a explicar la supuesta técnica que habían logrado para desarrollar colectivamente el trabajo alcanzando una productividad mayor, se trataba de que uno de ellos cortaba las ramas, otro quitaba todos los granos, los granos verdes eran pintados de rojo por otro y había uno cuya responsabilidad era pegar las ramas en sus lugares correspondientes para que el propio Humberto no lo notara. Al comienzo de la broma Humberto reflejo un aire de preocupación pero ya hacia el final se dibujo en su rostro una amplia sonrisa.
Así que no es de extrañar que fuese también Humberto el personaje que recibió mayores homenajes en el último día de trabajo de la “A.C. Sandino”.

Brigadista cargando el "rojito".

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