samedi 13 avril 2013

La brigada « Augusto César Sandino » en la UPE de Babel. (4)


Escrito por Freddy Fernández, representante de la JC de Venezuela en el buro de la FMJD, fue jefe de la 3ra brigada  “Augusto César Sandino”.

Cada día una nueva jornada.

Creo que durante muchos años todos vamos a recordar como fueron nuestros días en la montaña; a las 5 de la mañana nos levantábamos y a toda prisa tomábamos el desayuno (arroz, frijoles y tortilla), a las 5:40 estábamos ya formados por escuadras, revisábamos el numero de brigadistas, tomábamos nota de los enfermos, escuchábamos las noticias, Anne, Luis y Raúl presentaban los datos de la producción del día anterior, recibíamos orientaciones sobre la nueva jornada y marchábamos a los plantíos. Estas reuniones en las mañanas eran escenario de verdaderas demonstraciones de combatividad y solidaridad, muchas eran las consignas y las canciones y muchas veces decidíamos en estas concentraciones dedicar ese día de trabajo a la solidaridad con la lucha de la juventud y el pueblo de diversos países y regiones del mundo.

Una vez en las plantaciones cada uno de nosotros recibía un surco para realizar su recolección. Con la canasta amarrada a la cintura y un saco cerca del lugar con ambas manos se comenzaba a recolectar los granos de café. En la primera semana esta labor durante todo el día nos obligo a que al cerrar los ojos todos viésemos hojas verdes y granos rojos.



Es cierto que resulta aburrido permanecer durante horas frente a estas plantas haciendo lo mismo, sin embargo resulto siempre interesante estar en la plantación. Aquí se desarrollaban espontaneas y amenas conversaciones sobre los temas más diversos, se hacían las mas ingeniosas bromas y sucedían los hechos inverosímiles que nadie podría haberse imaginado; como aquella mañana en que los gritos de un grupo de brigadistas nos hicieron llegar a la mayoría hasta el surco de donde procedían, cual sería nuestra sorpresa al ver a varios compañeros que cámara en mano a un metro de distancia pretendían fotografiar a una de las mas peligrosas serpientes de América Latina : la temible Coral.

A la 1:00 de la tarde llegábamos hasta el lugar donde estuviese nuestro almuerzo (arroz, frijoles y tortilla). Durante varios minutos permanecíamos sentados recuperando fuerzas para continuar nuestra labor hasta las cuatro de la tarde en que cada uno debería transportar lo recolectado durante el día hasta el lugar fijado para contar la producción. Cada tarde debimos transporte sobre nuestros hombros un peso aproximado de 45 kilogramos, es decir un saco lleno de café; este trabajo era realizado en terreno muy difícil, en muchas ocasiones se tuvo que ayudar a los brigadistas a llevar su producción, así para algunos había jornadas en que el trabajo aumentaba.

Una vez en el lugar de contaje del café, de manera organizada uno a uno iba midiendo cuanto había producido durante el día y estos datos eran anotados, pues ellos eran la base para la emulación que diariamente debíamos realizar.

A las 6:00 de la tarde era hora para comer y como siempre arroz, frijoles y tortilla.

Después de la comida comenzaba quizás uno de los momentos más importantes en la vida de la UPE “La estrella” durante estos dos meses. Iniciábamos los intercambios sobre la situación política de los distintos países y del trabajo que en ellos desarrollaban las organizaciones participantes en esta actividad solidaria.

Diversos fueron las formas que adquirieron estos encuentros ya que el programa de cada uno de ellos estaba a cargo de las organizaciones allí representadas y cada una de ellas las concibió de manera diferente y así algunas de estas “noches de solidaridad» contaron con ricos programas culturales. Aquí cabria destacar la actividad realizada por los compañeros de la brigada Julius Fucik de la SSM de Checoslovaquia. Ellos nos posibilitaron toda una tarde de diversión amena, pues la actividad que organizaron consistía en una serie de competencias de fuerza y destreza. En las pruebas participaron la mayoría de los brigadistas conformando distintos equipos y ni si quiera el hecho de que todos estaban con un estado de salud bastante pobre, disminuyo el interés y entusiasmo con que se desarrollo la competencia. Al final pudimos reír al ver que los premios, además de algún presente en artesanía checoslovaca, era una medalla con el número  que se había alcanzado en la competencia, estas eran cada una, una humilde tortilla con el número perforado en el centro.
El café : cosecha estrategica para Nicaragua.

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