Tuve la oportunidad de ver la pelicula "
Nuestra America". Su
autora, Kristina Konrad vuelve a Nicaragua o mas bien a un pais que ya
desaparecio : la Nicaragua libre.
20 años despues, vuelve a encontrar a protagonistas de precedentes
documentales que rodo en la Nicaragua sandinista. La puerta de entrada a esta
Nicaragua desaparecida es una simple foto : dos muchachas del Batallon de
Mujeres
Veronica Lacayo. A partir de esta foto nos invita a este reencuentro. El
dialogo no solo opera entre Kristina Konrad y las personas que encontrara en su
busqueda... Otro dialogo se desarolla a lo largo de la pelicula entre los
protagonistas del actual documental confrontados a las imagenes de archivos de
los años 1980... los ecos de la esperanza vuelven a despertar.
Entre los archivos aparecen varias imagenes de las brigadas suizas asi que
una corta entrevista de Yvan Leyvraz, brigadista suizo que murio en una
emboscada de la Contra en 1986.
Una linda pelicula. Mejor dejamos la palabra a Kristina Konrad...
„Supuestamente las revoluciones no tienen un buen porvenir. Pero allí se
confunden dos cosas: el porvenir de las revoluciones en la historia y el
“hacerse revolucionario” de los seres humanos. En ambos casos ni siquiera se
está hablando de las mismas personas. La única oportunidad del ser humano es el
“hacerse revolucionario”, sólo así se puede evitar la infamia o responder ante
lo intolerable.” Gilles Deleuze, 1990.
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Mujeres en la defensa de la Revolucion - Nicaragua. |
Kristina Konrad, cineasta suiza presenta su pelicula.
Los dos años que pasé en Nicaragua fueron el periodo en el que viví los
momentos más intensos y más controvertidos de mi vida.
Julio Cortázar la llamaba: «
Nicaragua tan violentamente dulce
».
Una Revolución en medio de una encrucijada, es decir, entre el deseo por un
reinicio radical y la necesidad de reconciliarse y abrirse. Una Revolución que
mueve cielo y tierra, encontrándose prisionera por todo lo que faltaba y en un
estado de dependencia brutal del “mundo exterior”.
Una Revolución caracterizada por la re-construcción y destrucción; por una
profunda religiosidad y un espíritu rebelde, así como por el deseo de llevar las
riendas del destino.
Nunca me había reído tanto como con aquella gente atormentada y marcada por
guerras y la miseria. Y sin embargo, su fatalismo me enervaba a mí como europea,
de la misma manera que su capacidad de improvisación me dejaba asombrada.
La suave belleza del país engaña…, volcanes vomitando lava, tierras áridas,
huracanes y tempestades arrastrando casas y personas, la tierra temblando y
abriéndose…año tras año confrontados a alguna catástrofe.
Y como por arte de magia esa aridez se transforma, después de la primera
lluvia, en un verdor exuberante y floreciente.
Fue una relación intensa y un contacto con un país y su gente que nunca más
volví a experimentar de esa forma. Ahora, mirando hacia atrás, podría afirmar
que fue también mi encuentro con el “hacerse revolucionario” de los seres
humanos y su esperanza de llevar una vida digna. Una esperanza que aun en las
circunstancias más difíciles provocaba un
sin embargo lleno de
humor.
Esa Nicaragua agitada, abriéndose camino, de cambios e historias
sorprendentes atraía como un imán: miles de norteamericanos y europeos,
acostumbrados a una buena vida material y casi completamente desacostumbrados a
soñar, renunciaron al encanto del consumo, es más, a la ducha cotidiana y “a una
copiosa cena ganada con el sudor de sus frentes.”
Ellos se expusieron a peligros de muerte y, especialmente, a una vida
cotidiana bien difícil, vivieron y trabajaron en Nicaragua apoyando la
Revolución pero también luchando por sus propios sueños.
La Revolución nicaragüense tampoco tenía un buen porvenir. Nicaragua tiene
hoy un gobierno neoliberal. El pueblo le quitó el poder a la Revolución a través
de elecciones democráticas. Cabe agregar que, en el transcurso de una guerra
sucia, dirigida por los Contras y financiada por NUESTRA AMERICA, los Estados
Unidos, 50.000 personas perdieron la vida antes de que el pueblo se decidiera
democráticamente contra los sandinistas.
También se podría hablar de la corrupción progresiva de los sandinistas, algo
que llevó a que muchos líderes intelectuales les dieran la espalda. En 2001,
durante la campaña electoral entre los neoliberales y los sandinistas, el cura,
poeta y ex ministro de Cultura sandinista Ernesto Cardenal lo formuló así
:
“Por un lado, tenemos al capitalismo auténtico y por el otro, una revolución
falsa. Son dos males diferentes.”
No obstante, lo que sí se perdería con esto sería la comprensión del «
hacerse revolucionario », de ese momento en donde lo imposible se hace
posible, donde la historia pierde sus cabales y lo utópico parece (ser) algo
concreto. Es ese el momento que más me ha interesado e inspirado para realizar
este proyecto.
Sentí miedo de regresar a Nicaragua, miedo de ese “nuevo” Nicaragua. Y sí que
viví otro país.
A primera vista, Nicaragua se ha convertido en un país « normal » del Tercer
Mundo; una normalidad que significa ante todo, miseria incipiente, desempleo y
corrupción. Es decir: Una vida bajo condiciones infrahumanas, y quizás lo peor:
la falta de esperanza.
Aparte de todo eso, sentí un país traumatizado por la guerra, la corrupción y
las catástrofes. Un país que parece como un enclave de Estados Unidos cerrando
los ojos ante su propia historia.
Quizás la película sea también un intento de darle cabida a “ese momento” de
la historia.
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"Nuestra America" Kristina Konrad. |
Referencias de la pelicula "Nuestra America" :
weltfilm gmbh
Hufelandstr. 42
D-10407 Berlin
www.weltfilm.com